sábado, 11 de enero de 2014

La Estrella de Galicia (1936-1973).

D. José María Rivera Corral falleció en 1936 siendo sustituido en la empresa por su hijo Ramón Rivera Illade, quien recordemos, tenía una sólida formación cervecera. El estallido de la guerra civil dejó a Galicia en la retaguardia de la zona franquista, por lo que la fábrica no sufrió los avatares colectivistas de la zona republicana y logró mantener su producción e instalaciones. El descenso de ventas en el mercado doméstico fue compensado con el suministro al ejército de Franco alcanzando en 1938 una producción de superior al millón de litros.
ABC, 1937.
Tras la Guerra Civil llegó la dura postguerra y los suministros de materia prima y energía empezaron a escasear. El mercado cervecero quedó regulado por el régimen y la falta de divisas impidió la renovación tecnológica del sector.  Las cerveceras españolas debieron recudir su producción a unos pocos meses al año y ya en 1940 la empresa cosechaba números rojos. 
Pero también  fue ésta una etapa de transformación empresarial. En 1941 se cambió la forma societaria de la empresa, dejando de ser una Comunidad de Bienes y transformandose en Sociedad Limitada. Gracias a ese cambio se abandonó la red de financiación clientelar que había tejido José María Rivera y se comenzó a trabajar con el sistema bancario. La producción cayó, ese año, a poco más de 103.000 litros, apenas un 10% que las cifras alcanzadas durante la guerra civil.  A pesar de las dificultades del momento la actividad cervecera fue desplazando a la producción de hielo y los suministros marinos como principal actividad de la empresa.
De mi colección particular.
 Los años cincuenta marcaron la recuperación de la demanda y la normalización de los suministros, con ella la histórica fábrica de Cuatro Caminos experimentó un profundo remodelado, afectando a toda la organización, desde la elaboración hasta el embotellado. Se abandonaron los procesos artesanales y se inició una amplia industrialización liderada por D. José María y D. Ramón Rivera Riguera, los dos hijos de D. Ramón Rivera Illalde. 
Publicidad de 1957. Fuente blog Galiciaagraria.
La producción creció hasta 1955, entrando después en un periodo de estancamiento. La factoría de Cuatro Caminos fue ampliada inaugurándose las renovadas instalaciones en 1962.
Imagen de la fábrica de Cuatro Caminos en los años 60.
Los años 60 vivieron un constante aumento del consumo de cerveza, tanto por el crecimiento de la demanda nacional, como por la llegada masiva de turistas. En Galicia la mayor competencia en Galicia para La Estrella será la ejercida por la fábrica de La Barxa, fabricante de la Cruz Blanca y cuya producción estaba por delante de la coruñesa.
Anuncio de 1959. Fuente Blog Galiciaagraria.
En 1964 falleció Ramón Rivera Illade y la empresa pasó a una tercera genenación, dirigida por José María y Ramón Rivera, momento muy delicado en la mayoría de las empresas familiares, pero que este caso fue un éxito. La producción superó los 10 millones de litros anuales en el ecuador de la década, como consecuencia de ello en 1967 La Estrella de Galicia compra una parcela en A Grela para construir una nueva fábrica.
Un Ebro repartiendo cerveza , hacia 1965.
Los años 7o vivirán profundas transformaciones en el sector cervecero, una disminución de la demanda y las fuentes inversiones realizadas en los años anteriores lastraron al sector. En esos años la producción de La Estrella de Galicia alcanzó los 12 millones de litros.  El 30 de noviembre de 1972, en vísperas de la crisis del petróleo, La Estrella de Galicia inauguraba su nueva fábrica, convirtiéndose la antigua factoría de La Coruña en una emblemática cervecería y manteniendo allí las calderas de fermentación del mosto.
Instalaciones de La Grela.
Se produjo, en esas fechas, el lanzamiento de la Especial Rivera, una variedad que tuvo muy buena acogida por el mercado.

En 1973, falleció Ramón Rivera Riguera y, dos años más tarde, su hermano José María, dejando hijos muy pequeños. La gestión fue asumida por un equipo profesional, manteniendo la presidencia la madre de ambos hermanos, Dª Josefina Riguera Baamonde, lo que garantizó la independencia y continuidad de la empresa familiar.

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