Adrián Cayol falleció en febrero de 1901, entonces su viuda, Doña Enriqueta Obiol Sales, se hizo cargo de la fábrica de cerveza, hielo y gaseosa. No es el primer caso que hemos documentado de una viuda dirigiendo un negocio cervecero, también sucedió con la viuda de Knörr en Vitoria y la de Ros en Pamplona.
A lo largo de 7 años intentó mantener la actividad cervecera, pero la competencia fue aumentando, sobre todo por una nueva cervecera en Valencia "La Esmeralda" y paralelamente los beneficios de la fábrica decaen.
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El Pueblo, 18.07.1903 |
En 1904 nos consta un expediente por uso incorrecto de la sacarina en la fabricación de gaseosa. Ese mismo año intenta relanzar la marca con una variedad de cerveza extra.
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Las Provincias. 06.04-1905 |
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El Pueblo, 06.04.1905 |
El 1 de junio de 1907 falleció Enriqueta y aunque aún quedaban vivos en esas fechas una hermana de Adrián y un sobrino llamado Vicente, pronto redujeron o, quizá, anularon su participaron en la empresa
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La Correspondencia de Valencia. 13.07.1907 |
En noviembre de 1907 se produjo una huelga en la fábrica por el despido de un portero, el propio gobernador civil media en el asunto y recibe la respuesta de que la fábrica no es rentable y que está a la venta. Esta debió producirse poco después, pues el 27 de enero de 1908 el BOPI recoge la razón social Sucesores de Cayol, Cortes y Sortí.
En julio de 1914 la fábrica había sido trasladada a la carretera de Madrid, traste 4, y disponían de un depósito en la ciudad, en la calle Espartero 17, bajo.
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El Pueblo, 24.07.1914. |
Las últimas noticias conocidas de la fábrica de Cayol datan de 1916, en junio lanzan una nueva variedad de cerveza "con lúpulo y malta". En noviembre un anuncio hablaba indirectamente de la fábrica de Cayol, pero no informa sobre si aún estaba en funcionamiento. Por esas fechas debió cerrar una razón social cuyos orígenes se remontaban a 50 años antes. El último superviviente de la saga, Vicente Bellido Cayol, aparece en 1920 como director de una academia preparatoria para el cuerpo de telégrafos.
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La Correspondencia 25.julio.1916. |
Una pervivencia quedó de aquella fábrica: la expresión en valenciano "les reclamacions a Casa Cayol", que en el año 27 aún se escuchaba en las calles del Cap i Casal, y que era una forma de echar las culpas a una tercera persona de algún problema.
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El Pueblo. 01.16.1927 |
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